La Pequeña Estación.
⊆ 23:53 by Sant | Relatos . | ˜ 2 comentarios »Existe en un lugar desconocido a una distancia que nadie conoce, una estación de autobuses, no es más que una pequeña banca con un techo laminado. Poca gente alguna vez en su vida llega hasta ahí, pero los que si lo hacen generalmente esperan demasiado tiempo por alguien que pase y les diga que hacer, por lo tanto se rinden fácilmente. Estas personas no ven, como deberían, que para resolver el problema que se les plantea se necesita estar solos, sin ningún ruido, sin esperar nada, solo. Hubo alguna vez una chica que llego a la pequeña estación, no sabía como lo había hecho, estaba desorientada, hacia apenas un momento estaba dormitando en un salón de universidad, y ahora se encontraba en una desolada banca, con un techo laminado lleno de agujeros, no, no eran agujeros, el techo estaba pintado de tal manera que pareciera un cielo estrellado, y habían hecho un trabajo excelente, por un momento ella había pensado que eran nada más que hoyos por donde entraba la débil luz de la luna. Extrañamente en el asiento de al lado había algo parecido a una pequeña pantalla de LCD, por lo menos así lo parecía, no era más grande que su palma, al tomarla empezó a vibrar, luego de un rato un mensaje apareció en la pantalla:
Supón, por un momento que más allá de tu espacio no hay nada, que si tú no estás consciente nada existe. Todo cuanto hay es tan solo un reflejo de tu mente. El mundo, el mundo entero es tu escenario y nada aparte de este existe, aunque conozcas personas, ellas no existen si tú no lo requieres. Incluso así, existen personas que no quieres conocer, personas deleznables, personas de las cuales sería mejor prescindir, pero aun así, están en tu mundo. Siguiendo esta línea, ¿Quiénes son ellos?
¿Qué clase de pregunta era esa? Ella no la entendía, mucho menos tenía la respuesta.
El hombre no mejora sin problemas. No avanza sin retos.
¿Y ahora a qué demonios se refería? Irritada dejó el aparato a un lado suyo, pensando en cómo salir de aquel lugar, obviamente no se quedó sentada mucho tiempo, ella no era de ese tipo. Empezó a circular la estación, buscando alguna clase de indicio, encontró raspones, marcas de puños, patadas, incluso podría jurar que una marca de una frente con algo rojo justo donde se supondría irían las cejas. Siguió investigando, también miro debajo de la banca, y ahí encontró una simple frase:
Libre albedrio
Ella conocía el significado de la frase, pero nunca le había dando demasiada importancia, “lo que a uno se le plazca hacer” había dicho una amiga, pero ¿no era eso lo que ella siempre hacia? Si quería dormir, comer, estudiar incluso ir a una cita, ella era quien decidía esas cosas, aun mas sus papas siempre le habían inculcado esa costumbre. Siguió moviéndose alrededor de la pequeña estación no pensando si no mas haciendo algo, no soportaba estar varada sin nada que hacer más que pensar, era una mujer de acción, “primero hago, luego lo explico” generalmente decía. Ese tipo de pensamiento sin embargo, no le serviría para salir de la estación. Finalmente se rindió, y exhausta se sentó de nuevo en la banca. La pantalla había cambiado otra vez, ahora se podía leer:
El mundo, aunque es tu escenario y tu eres el actor principal, casi nunca te reconoce como tal, mas bien, generalmente estas actuando un papel secundario, y esto en cierto modo frustra a la gente, incluso tu, que tan solo ejerces te sientes frustrada ahora, sin poder actuar. Necesitas pensar para salir de aquí.
Pensar, un simple proceso de atención, memoria, una función simple de la conciencia, sin embargo algo inútil en su trabajo, incluso en su escuela, la práctica era mejor recibida que la teoría. Pero, ¿pensar en qué?
En ti, en quien eres, y sobre todo, cuál es tu sentido de vida.
El aparato parecía haber leído su mente, que tontería, nadie puede leer la mente, siendo un invento consciente e incorpóreo le parecía absurdo tratar de leerla. Empezó a pensar en ella, recordando su vida hasta el momento en el cual fue a parar a la estación: María de Jesús González, veinticinco años, soltera, estudiando el último año de la licenciatura de mercadotecnia, su segunda carrera. No tenía novio, demasiado ocupada en planear eventos, fiestas o hasta conciertos, no muchos aguantaban mucho el estar en un segundo plano en su vida. En cuanto a su familia, sus padres no se hablaban mucho aunque seguían casados y vivían en la misma casa, con ella no se llevaban tan bien, siempre criticándola o regañándola de lo tarde que llegaba después de sus “tonterías de niña, que ya no le sentaban”. Tenía una hermana menor a ella, justo dieciséis años, una punketa de la clase más extrema que había, parecía que Erika había nacido para hacer enojar a su padre y llorar hasta el cansancio a su madre. En la escuela el ambiente era un poco mejor, tenia amigas, las cuales parecían aparecer de la nada cuando las cosas iban excelentes, pero que desaparecían como espuma de mar al momento que algo empezaba a ir mal, “ya sabes, we, estamos ahí para lo que necesites, tu nomas dinos, we”. Una frase que había escuchado ya muchas veces, pero que no siempre se hacía verdad, había pedido favores y nunca aparecían sus susodichas amigas para ayudar. Sus amigos eran contados, dado el hecho que ella no sabía relacionarse muy bien con los hombres, algunos le aquejaban esto a su relación con su padre, pero ella no lo creía así, tan solo, nunca sabia de que hablar con los muchachos que se le acercaban, ciertamente a ellos no les interesaban sus conocimientos de la moda o zapatos, o de su afición a tomar “tontas fotos, en colores extraños”, así y todo conseguía uno que otro novio tan solo, creía ella, por su belleza. Ahora que lo pensaba a fondo, su vida no era tan buena como ella siempre decía, no entendía porque tenía que hacer cosas que de un modo u otro detestaba. Ni siquiera su música en su extraordinaria capacidad para provocarle arrobamientos podía hacer que su vida valiera la pena, su trabajo en el bar “La Paca” consiguiendo bandas para tocar todos los fines de semana, le parecía, ahora, sentada en la fría banca de fierro de la pequeña estación, una tontería sin final, consumidora de energía y tiempo.
Esta estación fue construida para los hombres, pero no todos logran aceptar que su vida es finita, muchos llegan aquí esperando seguir su viaje, sin darse cuenta, que el viaje ya fue realizado y que esta estación es la última parada. Si bien tu vida hasta ahora no ha servido, tienes tiempo aun para darle un sentido, buscar el sentido de la vida es algo difícil, muchos pasan toda su existencia buscándolo y al final lo encuentran, solo que se llevan su secreto con ellos. Ahora regresa hija mía, toma el autobús de vuelta.
¿Qué? No entendía bien las palabras que se registraban en la pantalla del aparato, jamás había realmente pensado en su “sentido de vida” ella siempre supuso que la vida significaba hacer lo que a una mejor le pareciera y que disfrutara, cosa que ella, ahora veía, nunca había hecho. De pronto la estación y el piso bajo ella comenzó a convulsionar rítmicamente, María empezó a gritar, cerró los ojos, y se perdió en los mares profundos y desconocidos de la inconsciencia.
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Al día siguiente yo leí en un periódico mientras compraba algo de comida en un Seven cerca de mi escuela, “Chica clínicamente muerte por noventa y siete segundos es revivida, asegura haber tenido experiencia extrasensorial”.
-Meh –dijo mi acompañante- solo químicos y neuronas moribundas sin oxigeno, puras cosas irreales – yo le di un trago a mi refresco.
-Define realidad –dije y salí al clima medio frio medio caliente de esta ciudad.
Fin
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me parece, solo me parece, que este fue un gran semestre!
14 de junio de 2008, 0:01 hola
si me gusto mushoo
aun digo d dond tanta
inspiracion, imaginacion
y ganas de teclearlo jaja
q t la sigas pasando mui bien
n tu ranchoo jaja
se t aprecia un buen
i si sere buena jaja
cuidc bastante eeh
aki andamos pa todo
i aver si m aces un cuento
pa mi jaja
byee
14 de junio de 2008, 0:04 Hola Tachi!!!
Ps ya habia leido su relato !!
Ta shidop!!
Un saludote y espero ande
De lo mejor, que yo creo
Que si, asi todo bien inspirado
Cuidate...y aki ando sale?
Bye bye!!!!
I like it! =)